Pereira compró un boleto hacia la crisis
La elección de Carlos Albero Maya como alcalde de Pereira es una mala noticia para la ciudad. Y la razón radica en que tendrá que disponer de casi todo su tiempo para defenderse de las innumerables acusaciones que hacen trámite en los tribunales y organismos de control por presuntos actos de corrupción.
Con la elección de Maya, Pereira compró un boleto hacia la crisis y no un tiquete hacia el desarrollo. La posible inhabilidad en que incurrió al contratar, antes de un año, con la empresa de asesorías tributarias que vendió cuando llevaba cerca de 40 días en funciones como Secretario de Hacienda de Pereira, lo pone en la cuerda floja, dado que el abogado y ahora diputado Daniel Silva, ya tiene todo el dossier que demostraría el ilícito.
Justo es recordar que Maya, como miembro de innumerables juntas directivas de entidades públicas municipales y empresas de servicios públicos y de transporte, donde la Alcaldía tiene participación accionaria, aprobó otorgarle las revisorías fiscales, por contratos multimillonarios, a la empresa que fue de su propiedad, hecho prohibido por la ley.
Pero los problemas de Maya, quien mintió sobre su maestría en la Universidad Externado de Colombia, se ahondan ante las denuncias penales que cursan en la Fiscalía General de la Nación por presuntos hechos de corrupción que suman alrededor de 30.000 millones de pesos, y que son motivo de investigación.
También hay muchas demandas de tipo administrativo por fallas en la adjudicación de contratos, a pesar de las advertencias de los voceros de las empresas concursantes, que se encontraban siempre con una frase que volvió famoso a Maya en la Alcaldía: “Demanden”.
Sabemos, así mismo, de la existencia de alrededor de media docena de investigaciones de tipo fiscal en la Contraloría de Pereira, algunas de ellas, según las fuentes, bastante preocupantes.
Nunca Pereira había elegido a un funcionario con tantos problemas con la justicia y con los entes de control. Eso no había ocurrido. Los líos los empezaban a tener los alcaldes en el ejercicio del poder.
Además, Carlos Alberto Maya ya es un personaje muy recordado por los medios de comunicación nacional, que lo tuvieron durante casi dos semanas en la primera línea de información, y a quien con seguridad, le tendrán puesto el ojo sobre la manera como ej
ercerá su función.
Sobre su gestión de gobierno es necesario darle el beneficio de la duda. Aspiramos que todas sus propuestas se puedan ejecutar. Recordamos que esa gran cantidad de cables aéreos, puentes, intersecciones, campos deportivos, parques y avenidas que prometió y cuestan alrededor de 3 billones de pesos, se inauguren, a pesar de que el presupuesto de inversión apenas sí alcanzará los 0,6 billones en los cuatro años. Ah, y ninguna de esas obras se realizará por valorización, según el compromiso del alcalde electo.
La pobrería que se volcó a las urnas a respaldar a Maya, debería estar vigilante con respecto a la inversión social del gobierno para disminuir los índices de miseria y hambre, cuyas cifras han crecido desmesuradamente en el gobierno actual de Juan Pablo Gallo, así como la marginalidad y la exclusión.
Y, finalmente, hacemos votos porque la competitividad de Pereira mejore, porque nuestros vecinos, especialmente Manizales, nos tomaron una gran ventaja en la mayoría de los temas, pues mientras allá el alcalde lideró un novedoso modelo de desarrollo, aquí el mandatario nuestro se acicalaba para las selfies cada que inauguraba una calle o un andén.